ONICOCRIPTOSIS (UÑAS ENCARNADAS)
“Pero no
amo tus pies sino porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre
el agua, hasta que me encontraron.”
Pablo Neruda
Las manos y los pies son partes
del cuerpo humano similares, en cuanto a su estructura anatómica (las primeras tienen
27 huesos cada una, y las segundas 26 huesos cada una), pero muy diferentes en
lo que se refiere a sus funciones.
Las manos están en la parte
superior del cuerpo y disfrutan de gran libertad de movimiento y de
accesibilidad para su cuidado, higiene y expresión.
En cambio los pies son los
protagonistas relegados de nuestra historia personal. Incluso cuando vamos al
médico por lo general no nos revisa los pies. Son “olvidados” cuando en
realidad a través de ellos se pueden descubrir un sinnúmero considerable de
alteraciones que corresponden a otros órganos de nuestra anatomía. Los pies
“hablan”. Están en la parte más distante de nuestro cuerpo, van siempre calzados como
seres civilizados que somos, sosteniendo todo nuestro peso y llevándonos de
aquí para allá durante las 24 horas del
día, todos los días de nuestra vida en que nos encontramos sanos, salvo cuando
fuimos bebés o las horas en que nos acostamos a descansar.
Debido a estas circunstancias y a
muchas más, es común que se desarrollen distintas afecciones en los pies que
deben ser tratados por un profesional idóneo –PODOLOGO/A-, que sea capaz de subsanar la patología y que, en caso de estar limitado
por sus conocimientos, sepa a qué especialista de la medicina derivar al paciente. Dependiendo del caso que
se trate podría ser al Dermatólogo, Cardiólogo especialista en circulación periférica,
Diabetólogo, Traumatólogo, etc. Para eso
estamos los Podólogos Universitarios.
Hemos
hecho una carrera en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires
y tenemos Matrícula Profesional habilitante extendida por el Ministerio de
Salud Pública.
Una de las afecciones más comunes
es la ONICOCRIPTOSIS O UÑA ENCARNADA.
Casi siempre se produce en el dedo Hallux (dedo gordo) pero puede desarrollarse
en cualquier dedo del pie. Esto se debe
-por lo general- a una injuria (incrustación)
del borde lateral de la uña en el tejido periférico a la misma llamado rodete
(porque rodea). La uña se rompe y queda enterrada en la piel una “espícula”. Existen 3 grados de
onicocriptosis. Los dos primeros son muy dolorosos ya que la uña trata de
crecer hacia distal y la espícula empuja el tejido dañándolo “como en cámara
lenta”. En el 3º grado se manifiesta con
inflamación, dolor, y se genera un crecimiento del tejido granuloso que se
denomina GRANULOMA (sumamente
doloroso y sangrante).
Los factores desencadenantes son variados. Podemos
nombrar,
·
por traumatismo o por microtraumatismos;
·
por la morfología de la uña: cuando es muy
curvada, la llamamos en general “involuta”;
·
por la compresión del calzado: zapatos en punta,
de seguridad ;
·
hiperhidrosis,
o sea, excesiva transpiración que ablanda los tejidos del rodete ungueal (eso
sucede mucho en adolescentes);
·
la práctica de deportes: en el fútbol al patear
la pelota por ejemplo;
·
las profesiones: bailarines ya sea danza clásica
o tango por decir algunas.
·
Pero el factor más destacable y más común que genera onicocriptosis es el MAL CORTE DE UÑAS.
Las uñas deben ser cortadas
rectas. No podemos ejecutar los mismos tipos de corte de uñas que en las manos.
Tampoco deben cortarse las cutículas ya
que son las barreras protectoras de la matriz ungueal. En caso de ser cortada, al faltar la cutícula, que es el sello
protector de la lámina ungueal, sería una puerta abierta para la entrada a todo
tipo de gérmenes y bacterias.
Muchas veces se sienten molestias
en los laterales de las uñas y se piensa
que se está ENCARNANDO. Y no siempre
es así..! Lo que sucede es que se acumulan células muertas de la piel llamadas células corneas o corneocitos,
resultantes de la descamación de la piel de manera natural. Se acumula en los
surcos ungueales y se denomina ONICOFOSIS.
También podría motivarse tal molestia, a
la existencia de HELOMA SUBUNGUEAL que es crecimiento de tejido duro (hiperqueratosis) debido a factores de
hiperpresión de la uña en el surco. Generalmente se ve en uñas involutas. El Podólogo
-mediante su operatoria y tratamiento- deja
despejado el surco y el paciente advierte el alivio inmediato de la zona. Si
usted corta uña porque siente presión, no está haciendo lo correcto. Podría no
ser la uña la responsable de tal molestia. Podría ser causado por onicofosis, que se encuentra debajo de
la uña y dentro del surco o, por presencia de heloma subungueal. Muchas
veces el paciente en el autocorte de uñas termina “arrancando” el final del
lateral de la uña. Al principio siente alivio, pero luego, con el andar,
comienza a sentir las consecuencias, que pueden variar desde una simple inflamación hasta una
onicocriptosis, con infección agregada.
Entre los tratamientos para
Onicocriptosis disponemos la atención del Traumatólogo y del Dermatólogo que
realiza cirugías con anestesia. Lo importante en esos casos sería la
rehabilitación posterior de la uña. Ir llevándola “como por el buen camino”; hecho
esto –claro- por un profesional Podólogo. Si se deja al libre albedrio el
crecimiento de la lámina ungueal luego de la intervención quirúrgica es muy probable
que haga recidiva, o sea, al tiempo volver a tener el mismo problema.
Nosotros –los podólogos- realizamos
tratamientos conservadores, retirando la espícula y atendiendo con regularidad
al paciente hasta el total restablecimiento de la uña afectada. En caso de que
la gravedad del caso exceda las capacidades del Podólogo, él o ella, sabrán
derivar al Médico correspondiente para que actúe en esos casos.
Por ultimo, les dejo
mi recomendación como PODÓLOGA a fin de hacer prevención:
- Cepille sus uñas al finalizar el baño con jabón blanco, suavemente, todos los días. Estará retirando onicofosis, despejando así los surcos ungueales y dando un masaje suave al lugar más distal de su cuerpo.
- Si no está seguro de cómo debe cortar sus uñas, las puede limar, siempre rectas.
- Y, en caso de tener molestias, puede acudir a la consulta de un buen Podólogo Universitario J